En el transcurso de nuestra charla, el investigador expresó su preocupación por el incipiente aumento de casos de diabetes tipo 2 en Colombia, tendencia que se enmarca dentro de una dinámica mundial debida principalmente a la obesidad asociada a la mala nutrición y a la falta de ejercicio físico, todo lo cual como consecuencia del sedentarismo de la vida moderna. Así pues, su búsqueda de soluciones ha tomado la vía de esta clase de diabetes por ser la que más prevalencia posee y cuyas cifras se han disparado peligrosamente. A pesar de que nos dejó claro que su máxima prioridad ha sido siempre trabajar en pro de la prevención, admitió con cierta lástima y también resignación que tanto la gente como los gobiernos están más interesados en los tratamientos paliativos y muy poco dispuestos a esforzarse para evitar la aparición de la dolencia. Por ello, el estudio que dirige en estos momentos se basa en procurar dar validez científica en calidad de antidiabéticos a determinados métodos y plantas naturales que forman parte del riquísimo acervo etnobotánico colombiano. Por otra parte, la senda que GENMOL ha decidido seguir cobra especial relevancia en estos tiempos, donde diversos ensayos han probado la eficacia de productos naturales como la semilla de chía o el árbol de Neem a la hora de controlar los niveles de azúcar en sangre o, como en el caso del último, ayudar a reducir las dosis de insulina en el paciente. De hecho, algunos estudios han venido a demostrar que en ciertos pacientes que consumían hoja de Neem en cápsula podía darse una reducción de entre un 20% y 50% de las dosis de insulina. Tanto es así, que el gobierno de la India ha aprobado la comercialización de la hoja de Neem como tratamiento farmacéutico contra la diabetes.
“La forma de control más eficaz es la prevención. Los niños y jóvenes cada vez son obesos a edades más tempranas, lo cual nos dejará una cantidad importante de diabéticos del tipo 2 a los 40 años de edad, un panorama supremamente desolador” |
Doctor Norman, como sabrá, la OMS conmemora hoy el día mundial contra la diabetes, para lo cual y con el ánimo de despertar la conciencia ciudadana, se han planificado alrededor del planeta múltiples actos, charlas e iniciativas. Nos gustaría, si es tan amable, comenzar trazando un panorama general de la situación actual de esta enfermedad en Colombia.
Para desgracia de nosotros, y al igual que sucede en toda Latinoamérica, la diabetes está incrementando sus cifras considerablemente en nuestro país, lo que entra en relación directa con el aumento de uno de los principales factores de riesgo; la obesidad. Al igual en el resto del mundo, esta problemática no hace sino crecer y el futuro no se presenta muy halagüeño, ya que se espera que cada vez haya más gente obesa. Además, existen dos elementos que contribuyen definitivamente a su desarrollo, que son, por un lado, el hecho de alimentarnos supremamente mal, y por otro, que los azares de la vida moderna no nos dejan apenas espacio para la actividad física. Sin embargo, lo más alarmante es la obesidad en jóvenes y adolescentes, pues una de las muchas consecuencias lógicas de la cuestión era que antes se podía desarrollar diabetes del tipo 2 a etapas tardías de la vida; es decir, 50, 60, 70 años. Los hábitos alimenticios nos llevaban a subir de peso y a volvernos obesos después de los 40, y si teníamos la genética apropiada terminábamos desarrollando diabetes a los 60 o 70 años. Ahorita el problema es que los niños y los jóvenes están siendo obesos cada vez a edades más tempranas, entonces lo que se espera es que haya gente con diabetes tipo 2 a los 40 años, un panorama supremamente devastador dado que la persona está en su etapa más productiva de la vida y podría sufrir muchos problemas incapacitantes debido a la enfermedad.
¿Cuál es su parecer en cuanto a la forma de control más efectiva de diabetes tipo 2 relacionada con la obesidad, y qué podría hacer uno a título individual e incluso los organismos oficiales de salud pública?
La forma de control más eficaz es sin duda hacer prevención, o sea generar buenos hábitos alimenticios y estimular la actividad física, pero lastimosamente eso no nos está funcionando muy bien, entre otras cosas porque la gente se desilusiona muy rápidamente de los compromisos que adquiere. Por ejemplo, una persona que es obesa empieza con actividad física o una dieta y ve que en uno o dos meses los resultados no son lo que esperaba, no tienen un efecto inmediato digamos, lo cual lo lleva a abandonar. Eso es lo que conocemos como muy bajo poder de adherencia. La problemática adquiere tintes de complejidad. Obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares e inclusive varios tipos de cáncer van de la mano. Las perspectivas no son muy alentadoras, obviamente los gobiernos deberían establecer políticas de salud pública para prevenir más que para curar, aunque verdaderamente en este momento cuando uno hace un proyecto para prevención la gente no muestra demasiado interés ni lo apoyan mucho, en cambio cuando se habla de tratamientos ahí sí. Mire que nosotros hace poquito elaboramos una propuesta bastante sistémica para combatir o controlar ese problema de la diabetes tipo 2, sobre todo asociada con la obesidad que es realmente el problema de salud pública, y nos dijeron \”no, esta parte de prevención no nos interesa, nos interesa la parte de tratamiento\”. Por eso ahora estamos trabajando en esa área. Colombia particularmente tiene una tradición enorme de muchos años de utilizar plantas medicinales para tratar sus enfermedades, por lo que nosotros estamos utilizando todo ese conocimiento etnobotánico para tratar de validar científicamente el que esas plantas tengan un efecto antidiabético. Los resultados han sido bastante esperanzadores, por más que realmente esa sea una esperanza que uno viera con recelo o con pesar porque lo ideal es que desaparezca el problema, no que se tenga que tratar.
“Pretendemos desarrollar medicamentos basados en nuestra biodiversidad, con un alto poder terapéutico a bajos costos, de manera que toda la población colombiana tenga acceso a ellos independientemente de su situación económica.” |
En relación con su estudio, ¿cree que pueda conseguirse un método naturista que sustituya efectivamente a la insulina en los diabéticos?
A la insulina como tal no, pero la acción de la insulina sí. Hay diferentes fases, cuando una persona habla de diabetes como tal los niveles de insulina son muy bajos, porque las células que la producen o se han muerto o su función está supremamente menguada, de manera que no producen insulina. Por tanto, una persona diabética como tal no produce mucha insulina, no obstante existe un estado previo que podemos llamar prediabetes en el cual todavía las células que producen insulina están funcionando y se genera una gran cantidad de insulina, puesto que los tejidos que responden a ella no están funcionando o no responden apropiadamente. De este modo, cuando se desarrolla ese estado, tejidos como músculo, como el hígado o como tejido adiposo no responden a las cantidades normales de insulina debido a la resistencia, así que el organismo fabrica más insulina. En dicho estado se da una hiperinsulinemia para tratar de compensar el poco efecto que tiene en los tejidos. Pero llega un momento, dependiendo del background genético del individuo, en que las células beta empiezan a morir o a dejar de funcionar apropiadamente, la insulina no se produce y entonces los niveles de azúcar en sangre incrementan, lo que se llama hiperglicemia, donde hay mucho azúcar en sangre con poquita insulina. Ese punto es el que se llama propiamente diabetes y los altos niveles de insulina son los que realmente llevan a esas complicaciones tan marcadas y tan deletéreas, por decir algo, en el endotelio vascular o en el riñón, y una gran cantidad de anormalidades que disminuyen considerablemente la calidad de vida de la persona. Hay incluso pacientes que no siendo tratados a tiempo o de manera adecuada sufren amputaciones en los miembros inferiores o poseen deficiencias renales muy graves y tienen que pasar gran cantidad de su tiempo en una unidad de diálisis renal. Eso lo principal, aunque lo importante es siempre mirar el sujeto, la persona. Sea como fuere, la calidad de vida se deteriora mucho y los costos son enormes. Hay algunos estudios en Colombia en los cuales se calcula que los costos directos e indirectos de manejar diabetes pueden oscilar alrededor de 2.7 billones de dólares en un país de 45 millones de personas donde solamente entre un 6% y un 8% dependiendo del sexo desarrolla diabetes. Pero insisto, lo fundamental que uno tiene que ver aquí es el deterioro de la calidad de vida.
¿Podemos afirmar entonces que ve un futuro en la mejora de tratamientos de la mano de la medicina naturista?
Así es. No solo en Colombia sino a nivel mundial en la actualidad hay una búsqueda impresionante de nuevos medicamentos, no solo ligados a la medicina naturista, ya que los que hay tienen las siguientes dificultades: 1. Los métodos de administración, algunos son por inyección y tienen muy poquito poder de adherencia. 2. Algunos generan unos efectos colaterales indeseados, lo que hace que la gente abandone el tratamiento, y otros realmente no tienen un efecto muy apropiado, muy fuerte o muy deseable en toda la población. Nosotros queremos tratar de identificar nuevas terapias aprovechando como ventaja competitiva el hecho de nuestra biodiversidad, la cual ha sido utilizada por años y por siglos por nuestros indígenas para tratar enfermedades. Pero obviamente esos tratamientos hay que validarlos científicamente y en eso estamos. La idea es que nosotros mismos desarrollemos plataformas tecnológicas que nos permitan fabricar estos medicamentos y atender las necesidades en nuestra población. Además, se pretende que nuestras medicinas tengan un alto poder terapéutico a bajos costos, de tal forma que toda la población, independiente de su estrato social, de su acceso o no a los sistemas de salud, pueda contar con ellas si lo requiere. Obviamente lo ideal es que no lo requiera y, si lo requiere, tenga la posibilidad de controlar la enfermedad y ganar calidad de vida. Ese es nuestro propósito.
“La diabetes tipo 2 es la de mayor prevalencia en el mundo, tiene una dinámica muy compleja donde confluyen factores tanto internos como externos y obviamente que existe un factor genético, aunque una buena alimentación y el ejercicio físico son decisivos en prevención. De cualquier modo, la personalización es la clave” |
Doctor, entiendo que hablamos siempre de diabetes tipo 2, ¿qué hay del resto?
Nosotros estamos centrados en diabetes tipo 2 por la preponderancia a nivel nacional y mundial. La diabetes tipo 1 tiene una muy baja prevalencia, lo cual no quiere decir que no amerite que se atienda; un solo caso es razón para prestarle atención, pero en verdad cuando hay tantas limitaciones uno trata de centrarse en aquellos casos donde pueda tener mayor impacto. Sobre todo teniendo en cuenta que en el tipo 2 las cifras son escandalosas y el escenario supremamente desalentador, véase la publicidad, o el hecho de que la gente en vez de tomar un vaso con agua consuma una cocacola. Esta situación, lejos de controlarse, se está disparando en las nuevas generaciones, cada vez nos vemos más inundados de comida rápida. Y el problema empieza cuando la gente lo convierte en su rutina y deja de consumir alimentos saludables sin realizar actividad física alguna.
Para finalizar este breve encuentro, dígame, ¿sería posible acabar con la diabetes tipo 2 creando un amplio espectro de concienciación y prevención?
Eso es mucho decir. La diabetes de tipo 2 es una enfermedad supremamente compleja y ha dificultado el proceso de desarrollar nuevas estrategias tanto preventivas como paliativas porque confluyen en ella muchos factores tanto internos como externos, por ejemplo la alimentación, las actividades físicas que uno realice, el background genético etc. Nuestro grupo de genética molecular lleva a cabo estudios para tratar de identificar asociaciones genéticas entre la población colombiana. Lo otro que entra en escena recientemente y que tiene mucho peso es la microbiótica intestinal, análisis que identifican que los microbios que tenemos en el intestino están asociados con el desarrollo de ciertas enfermedades. Porque mire, según el tratamiento alguna gente desarrolla efectos colaterales no deseados y otros no. Seguramente la microbiótica intestinal esté generando cambios que provocan que los medicamentos pierdan su poder terapéutico, o también puede suceder que el background genético de la persona haga que las enzimas sobre las cuales trabaja el medicamento tengan variaciones genéticas que provocan que el organismo no responda al tratamiento, por eso ese tratamiento no es tan efectivo para todo el mundo. La conclusión es que, de una manera creativa es necesario buscar a mediano y largo plazo la personalización, algo en lo que hoy en día concuerdan la práctica totalidad de los expertos. Como ve, la cosa se vuelve compleja con varios actores. Pero respondiendo a su pregunta digamos que una buena estrategia de prevención ayudaría enormemente a controlar la diabetes tipo 2.