El proceso comenzó con la creación del compuesto químico realizado por Luz Amalia Ríos y Rogelio Cardona, investigadores de la U de Caldas quienes desde hacía 17 años venían trabajando en este tipo de compuestos y con la colaboración posterior de Sandra Milena Duque, estudiante de maestría.
Para determinar la actividad biológica que pudieran tener estas sales de amonio se estableció una alianza con la U de Illinois, a través de los investigadores David Cedeño y Marjorie Jones y con el PECET (Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales) de la U de Antioquia.
Fue allí entonces cuando Sara María Robledo e Iván Darío Vélez, investigadores del PECET de la U de A, realizaron las evaluaciones, tanto in-vitro con células humanas infectadas con los parásitos de Leishmania como en modelos animales. Así se logró demostrar la capacidad de estos compuestos para eliminar el parásito y se pudo estudiar el mecanismo de acción.
Gracias a estos rigurosos ensayos, el pasado 29 de septiembre la USPTO de los Estados Unidos les otorgó la patente No. 9,145,352.
No es la única patente
Otra patente producto del trabajo colaborativo de dos grupos de investigación de la U de Antioquia: el PECET y el Grupo de Química Orgánica de Productos Naturales fue otorgada tanto en Colombia como en Estados Unidos.
Esta patente consiste en una mezcla de productos naturales y químicos que ha mostrado tener propiedades para el tratamiento de la leishmaniasis. El producto natural es una mezcla de diferentes metabolitos de una planta llamada Sapindus saponaria y unos compuestos derivados químicos de tipo cromano.
Los investigadores que trabajaron en el desarrollo de esta patente son: Fernando Echeverry, Wiston Quiñones, Luis Fernando Torres, Rosendo Archibold, Gustavo Escobar y Andrés Correa del Grupo Química Orgánica de Productos Naturales y los investigadores Sara M. Robledo, Iván Darío Vélez, Diana Muñoz, Adriana Restrepo, Alejandro Daza y Sergio Pulido del PECET.
Desde el año 2001 ambos grupos han trabajado en la búsqueda antiparasitarios tanto en la flora colombiana como en productos de síntesis. “Ellos como químicos producen las moléculas y nosotros hacemos las evaluaciones biológicas. Miramos la actividad de los compuestos y las propiedades en cada uno de ellos, no solo antiparasitaria sino como cicatrizantes” afirmó la Dra. Sara María Robledo, investigadora del proyecto.
Fase de investigación clínica para ambas patentes
El siguiente paso para que estos dos desarrollos sean una realidad es hacer los estudios en humanos, cuyas tres fases clínicas pueden tardar de 5 a 8 años.
Para la evaluación en humanos, los investigadores tienen un desafío mayor: es necesario lograr la financiación de la misma. Actualmente, trabajan con Tecnnova, con Ruta N y con el Programa de Gestión Tecnológica de la U de A para encontrar aliados interesados en apoyar estas iniciativas.
Gracias a estas patentes nuestro país muestra un liderazgo internacional, con desarrollos cien por ciento colombianos para la búsqueda de nuevos tratamientos de la leishmaniasis. Otro desarrollo local, la crema “Anfoleish” se encuentra en estos momentos en fase II de evaluación clínica. Las moléculas objeto de estas dos patentes fueron diseñadas y creadas por investigadores nacionales, las pruebas realizadas y estandarizadas para evaluar la propiedades antileishmania y toxicológicas fueron desarrolladas en laboratorios colombianos y el diseño de las formas farmacéuticas, tanto orales o tópicas, fueron llevadas a cabo por científicos nacionales, lo que es un ejemplo a seguir para otros grupos de investigación nacionales.